-Oye, Pablo... dijo Marta, madre de Dani.
-Por qué no le has dicho nada del colgante que nos dieron en el orfanato? Según ellos sólo lo podía abrir el propio Dani...
- No quiero que esté pensando toda la vida en sus padres biológicos. Probablemente en ese colgante esté la clave para descubrir quienes son.
- Pero él tiene derecho a saber quiénes son!
- Mira , Marta, nosotros somos sus padres ahora, vale? Lo hemos criado y ahora es hijo nuestro.
- Ya sé lo que te pasa!-dijo Marta- tienes miedo de que no te considere su padre después de descubrir quien es.
- Que? nonono... Lo que pasa es que seguramente eso lo transtorne, está en plena adolescencia, y ambos sabemos que es una época dificil...
- Deja de decir tonterías! tendríamos que habérselo contado antes... pero si quieres esperar a decirle lo del colgante...
-No voy a esperar, Marta. No se lo vamos a dar. No quiero darle más preocupaciones. Esto no tiene que salir de aquí.
-Está bien-no se lo diremos.
Pero no hacía falta. Dani ya lo sabía, se había enterado de todo, porque estaba escondido cerca de allí.
Había más. Todavía quedaban posibilidades, no todo estaba perdido. Llamó inmediatamente a Katy y se lo contó todo.
Katy y Dani estaban cada vez más unidos. Se veían frecuentemente y se lo contaban todo el uno al otro. No había secretos entre ellos.
Y se estaban enamorando, lentamente, gracias a todas las cosas que habían vivido juntos.
Pero de eso todavía no se habían dado cuenta.
Quedaron al dia siguiente en casa de Dani.
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