miércoles, 7 de noviembre de 2012

Reflexiones

Es complicado enfrentarse a un espacio en blanco, lo digo por experiencia. Lo más difícil es tenerlo en clase cuando se supone que tienes que prestar atención.

Cuando tengo que enfrentarme a uno, mi imaginación acaba ganando el 95% de las veces. Si no pinto, escribo y si no hay un popurri de cosas que luego no vuelvo a ver porque misteriosamente desaparece. No, no es una broma. Desaparece por arte de magia.

Llevo semanas intentando escribir algo "decente" pero no sale nada de mi cabecita o simplemente lo que tengo no sé como acabar de plasmarlo sobre el papel o la hoja de word, ya no os digo sobre la entrada del blog.

Lo malo es que, una vez que he escrito, no encuentro mis fallos. En serio, yo miro y miro pero no veo nada mal. Luego llega alguien de fuera y "facepalm" al canto... u.u

Por ejemplo, un caso reciente de lo que os estoy hablando me pasó este verano cuando le pasé una recopilación de lo que llevo escrito a mi madre. Me digo que tenía que repasar y bastante porque tenía muchos fallos pero por más que lo mire no lo encuentro... Si, soy un auténtico desastre.

La mayoría de las veces pienso que el mundo se alía en mi contra para que mi concentración nunca llegue pero bueno... No hay remedio. -.-'

Quizás mañana la palabra amor...

Mañana sería el gran día, ya me lo puedo imaginar todo...

Yo le esperaría sentado debajo del árbol donde sellamos por primera vez nuestro amor escondiendo en mi espalda una rosa, su flor favorita.

Pasados los minutos ella vendría por el caminito, tan elegante como solo ella sabe. Seguro que llevaría su vestido amarillo, ese que le regaló su abuela y que tanto le encanta. Para que engañarnos, a mi también y además le queda como un guante.

Sé que en cuanto se diese cuenta de mi presencia empezaría a correr en mi dirección para saltar sobre mis brazos y darme un suave beso que solo ella sabe dar, esos que son mi marca de droga personal. Sé que no podría vivir sin ellos.

Entonces yo le daría la rosa y ella se emocionaría (o eso espero) y me gritaría con su vocecita de niña pequeña que no hacía falta. Luego le llevaría al sitio que más ilusión le hace ir desde pequeña ya que yo con ella iría hasta el fin del mundo y es que, quién sabe, quizás mañana la palabra amor defina mis sentimientos.

Reflexiones

Es complicado enfrentarse a un espacio en blanco, lo digo por experiencia. Lo más difícil es tenerlo en clase cuando se supone que tienes qu...